¿Una necesidad o una obligación?
¿PARA QUIEN ES?
El libro para todos aquellos que tengan la esperanza de poder modificar sus sensaciones internas desagradables, verse libres de perturbaciones que dejaron los recuerdos penosos y creer que pueden tener una vida interior diferente y mejor.
Sin diferencia de sexo o edad y comparta usted o no las creencias espirituales de Horacio Latté, en alguno de los ejemplos o situaciones que describe o vivencias que alude, podrá encontrar -de una u otra forma- reflejada alguna parte de su propia vida.
Su lectura, como a los miles de lectores de las anteriores ediciones, le hará concluir que no alcanza con el conocimiento de la sanidad; es necesario ser emocionalmente sanos para ser de utilidad a los propósitos de Dios y tener una vida abundante, útil y feliz.
TRAMA
El desarrollo de este libro de Horacio Latté, al igual que su reconocida Jornada de Sanidad Interior, transita permanentemente en dos planos: el de la enseñanza y el de la ministración.
Con respecto al primero, instruye acerca del fundamento bíblico de la Sanidad Interior tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Sobre esta base, se define qué es la sanidad del alma y se marcan las diferencias con aquello que no es.
El “yo he venido a” de Jesucristo tal como fue profetizado y está escrito en el libro de Isaías se aplica a los diferentes sufrimientos de las personas: heridas ocasionadas por otros, pérdidas, opresiones, ataduras, pactos y “mandatos” recibidos.
Tomando el tema “Raíces de Amargura”, el autor muestra de qué modo las conductas no deseadas, los estados que parecen imposibles de superar y la manera actual de encarar la vida, pueden tener conexión con un pasado que perturba, que se hace vigente y que debe ser revisado y sanando.
Así se abordan cuestiones como: el sentimiento de culpabilidad constante, las obsesiones, las secuelas del abuso sexual, la desvalorización, el maltrato físico y verbal, la sobreprotección, entre otros.
Un espacio especial tiene el desarrollo del tema del Perdón, como vía más calificada hacia la Sanidad, con todas las dificultades y “autoengaños” que el mismo suele acarrear.
A medida que avance por las páginas, el lector comprenderá por qué razón la necesidad de sanar las emociones es planteada aquí como una obligación para todos aquellos que anhelan, de corazón, acceder a una vida mejor.
